En junio se colocó la última pieza que quedaba por encajar del agrupamiento federativo que ha llevado a cabo el sindicato durante este mandato. ¿Qué tipo de federación es ahora CCOO de Industria? ¿Se ha conseguido hacer una organización más fuerte y homogénea?

Este último proceso de fusión de Industria y Agroalimentaria simplemente es el cierre de un ciclo que estaba muy predeterminado desde los compromisos que adoptamos en el último congreso. El objetivo fundamental no es ser más, el objetivo fundamental es ser mejores. Se trata de tener mayor capacidad de actuación y de tener propuestas sobre los sectores básicos de nuestro modelo productivo. Esta fusión tiene que responder a esa necesidad de estar mejor organizados y de tener mayor capacidad de dar respuesta a la gente y a los problemas de la gente.

Dentro de tres meses hará cuatro años que fuiste elegido secretario general de la federación que en CCOO agrupaba a los sectores del metal, la minería y la energía eléctrica. Han ocurrido muchas cosas desde entonces. Dos fusiones y una crisis que ha pasado como un tsunami por la industria. ¿Qué balance haces de todo lo que ha ocurrido?

No ha sido un proceso tranquilo, ni un proceso que podamos enmarcar en una etapa de crecimiento del sector industrial. Hemos tenido que acometer un proceso de reestructuración del sindicato para ponerlo en condiciones de poder afrontar los nuevos retos en un escenario donde la destrucción de empleo es imparable. Yo lo que más resaltaría de este proceso, no solo todo lo que hemos hecho en relación a los cambios organizativos, sino a todas las políticas que hemos implementado para conseguir tres cosas: una, ser un sindicato mucho más transparente, ser un sindicato mucho más participativo y, otra, tener un sindicato mucho más preparado para poder afrontar los retos que tenemos por delante, que son los de reconstruir un tejido productivo que ha quedado excesivamente dañado por la crisis. Y que su reflejo está en los altos niveles de desempleo que se han generado en nuestro país y que no somos capaces de revertir.

¿Cuándo dará resultado el trabajo que la federación ha llevado a cabo durante los últimos años?

Hemos puesto las bases para reforzar un modelo de sindicato que tiene que tener un desarrollo y una proyección en el futuro. Obviamente hemos puesto las piedras y los pilares de una organización muy renovada, hemos puesto en marcha iniciativas que tienen que tener su conclusión y su desarrollo en los próximos tiempos y, por lo tanto, esto es un proceso que no obedece única y exclusivamente a las personas que lo puedan dirigir, si no que obedece al concurso de todas aquellas personas que participan de manera activa en este proceso, un proceso que tiene que tener su encaje en el proceso congresual que vamos a iniciar.

El proceso congresual coincide en el tiempo con otro proceso que ha puesto en marcha el sindicato: Repensar CCOO. ¿Qué esperas de ese ejercicio de reflexión interna?

Son procesos totalmente complementarios. Desde el ámbito de CCOO confederalmente teníamos la intención de empezar a situar propuestas y herramientas que nos permitieran contar con un amplio conocimiento de la realidad del sindicato, dar participación a toda la afiliación, eso era esa fase que iniciamos de “Repensar CCOO”, donde situáramos todas aquellas iniciativas e ideas que pudieran salir de cualquier ámbito de nuestra organización y no solamente reducirla al ámbito de los órganos de dirección. Ese trabajo de “Repensar CCOO” ha tenido sus frutos, tendrá sus conclusiones, y obviamente las conclusiones de ese amplio debate que hemos llevado a cabo en estos últimos meses tienen que ser los elementos centrales sobre los que basemos y sobre los que soportemos el desarrollo de nuestras propuestas futuras que se tendrán que concretar en el propio congreso que vamos a desarrollar.

¿Hacia dónde debe caminar el sindicato?

El sindicato debe caminar sobre todo hacia el futuro. No es una organización que trata de pervivir por si misma, es un ámbito dinámico, un grupo de gente que se organiza para tratar de mejorar sus derechos y las condiciones de su gente y de la clase trabajadora y, por lo tanto, el sindicato tiene dos o tres retos fundamentales. Estar allí donde está la gente, estar en las empresas garantizando y mejorando las condiciones de trabajo, recuperando derechos que se han perdido, peleando contra la reforma laboral y contra todas aquellas legislaciones que han sido el soporte de situar la crisis en la gente más precaria. Tenemos que combatir la precariedad, tenemos que combatir la desigualdad, eso hay que hacerlo en el ámbito de la empresa.

Y tenemos una tarea que tenemos que reforzar. Tenemos que reforzar nuestra conexión con la sociedad, la capacidad del sindicato de hacerse oír, pero sobre todo de hacerse útil e interesante.

Ese es el trabajo del sindicato del futuro, estar inserto en la sociedad, en el ámbito laboral y social. Y hay hacerlo con toda las organizaciones y gente que en estos momentos tiene esa misma idea de que es necesario un cambio, que es necesario revertir lo que ha hecho esta crisis y, sobre todo, lo que esta crisis ha afectado a la gente más débil, que es nuestra gente.

Sin duda, uno de los retos del sindicato es incorporar a gente más joven y a más mujeres en sus estructuras. ¿Qué hace CCOO de Industria para garantizar que se produce el relevo generacional y que se da paso a un sindicato más feminizado?

No es de recibo mantener una situación donde la crisis se ceba en la gente joven y en aumentar la brecha salarial y de género. Este sindicato tiene que acabar con esas políticas de discriminación y de desigualdad y para eso necesita que en su seno, en los órganos de dirección, en su actividad cotidiana, los jóvenes y las mujeres jueguen un papel prioritario y primordial.

Otra de las aspiraciones es aumentar la afiliación. ¿Por qué es tan difícil hacer entender al trabajador que es fundamental que esté organizado?

Donde el sindicato está y está organizado la afiliación es muy importante. Porque hay una realidad constatable, donde hay sindicato y organización las condiciones de vida, de salarios y de dignidad en el empleo son mejores. Estableciendo las herramientas que permitan esa garantía y por lo tanto que las personas que están en situación de más desamparo vean que somos útiles para defender sus derechos.

Por otra parte, tenemos que situar la afiliación como elemento central porque nuestro objetivo no es permanecer en un grupo cerrado de gente que nos llamamos sindicato. Tiene que ser una organización dinámica y abierta. Las organizaciones abiertas y dinámicas que tratan de situar el elemento de la defensa de derechos como elemento fundamental, tienen que estar constituidas por la gente que necesita eso como elemento vital de su ámbito de desarrollo. El sindicato no es que necesite la afiliación. El sindicato es afiliación. Sin afiliación el sindicato no es nada.

¿Qué esperas del proceso congresual que está a punto de arrancar?

Es un proceso congresual crucial para el sindicato. Tiene que ser el congreso que sitúe las propuestas para salir de la crisis, que constate y sostenga todo el debate que hemos llevado de modernización del sindicato. Un congreso ampliamente participativo donde se sienten las bases para garantizar esos elementos que hemos situado como elementos centrales y que son la transparencia, la participación y el compromiso con nuestra gente. Queremos hacer un sindicato diferente y que esa diferencia se construya en base a las necesidades de la gente.

Se avecinan meses de intenso trabajo. ¿Qué mensaje lanzas a delegados y delegadas?

Tenemos ahora unos meses muy intensos de debate. Aprovechémoslos. Hagamos un sindicato abierto y participativo. Tenemos ese compromiso. Somos un sindicato que creo que, allí donde estamos organizados, la gente nos conoce. Tenemos que ser capaces de que conozcan al sindicato aquellos que hasta ahora solamente lo conocen por terceros. Sería fundamental que aquella gente que quiera saber, que quiera conocer, que quiera acercarse a nosotros, cuente con que este sindicato está abierto. Estamos dispuestos a reforzar la transparencia más que nadie. Y sobre todo estamos dispuestos a que este sindicato sea un sindicato de las personas, de los trabajadores y trabajadoras, de las personas desempleadas, de los jóvenes, y que entre todos y todas seamos capaces de construir un sindicato que sirva para lo que tiene que servir, que no es para mantener estructuras, si no para garantizar mejores derechos, mejores condiciones y tener fuerza para poder abordarlos en los ámbitos necesarios. Un sindicato, en definitiva, que sirva a la gente. Ese es el objetivo de este sindicato y de las Comisiones Obreras.