CCOO de Industria | 29 marzo 2024.

Comunicado

El Tribunal Supremo tumba el IV Convenio Colectivo de Navantia

    CCOO de Industria y la Coordinadora de CCOO de Navantia exigen al Gobierno del Partido Popular y a la dirección de la SEPI que, una vez conocida la Sentencia del Tribunal Supremo que viene a dar la razón a este sindicato, dejen de mirar para otro lado. Han de asumir sus responsabilidades relevando a quienes vienen siendo los culpables directos de la situación actual del grupo y que tanto daño y destrozos le están haciendo.

    05/01/2017.

    La sentencia del Tribunal Supremo dictada el pasado 30 de noviembre, tumba el IV Convenio Colectivo de Navantia, como hizo anteriormente la Audiencia Nacional, con argumentos claros y rotundos: 1º que todos los Convenios de Navantia han sido negociados por los Sindicatos; 2º que el Comité Intercentros no tenía legitimidad para negociar un Convenio sencillamente porque no existía (no está contemplado en el 3º Convenio Colectivo); 3º la mala fe de la Dirección de la Empresa en la negociación. Al final, el tiempo, ese juez insobornable, da y quita razones.

    Por increíble que parezca, todavía hay quien “niega la mayor”: “no ha habido mala fe”. Insólito pretender negar lo que el Tribunal Supremo ha sentenciado, y que dio la razón a CCOO. ¿Ignoraban el hecho de que el Comité Intercentros no tenía legitimidad para firmar el Convenio? Cualquiera un poco ducho en estas materias, sabía que este Convenio era ilegal. Todo el mundo lo sabía. Bueno, todos, excepto la pareja formada por la Directora de Organización y RR.HH. y José A. Oliva en ese momento máximo representante sindical en la negociación y en la actualidad Jefe de Personal de la Bahía, quienes, una vez firmado, recibieron grandes aplausos, elogios y todo tipo de alabanzas por parte del Comité de Dirección de la Empresa, incluido claro está el propio Presidente. Merece la pena volver a ver los videos de la 2ª Convención de Directivos en Peñascales (noviembre del 2014). Así nos va en Navantia.

    Ya fuese mala fe o ignorancia, estas dos personas han sido desautorizadas, por una Sentencia del Tribunal Supremo y por los hechos. En consecuencia deben ser destituidas inmediatamente.

    Es una obviedad que la negociación la llevaban los Sindicatos, y las dos partes, social y empresarial, eran conscientes de ello. El hecho de que la Federación de CCOO de Industria, en julio de 2014, desautorizara y rechazara el IV Convenio, imposibilitaba su firma por los Sindicatos pues no había mayoría suficiente. Este hecho, por sí solo, explica la deriva de los acontecimientos posteriores.

    A partir de ese instante, las personas mencionadas, desarrollaron toda una oscura trama, maquinando y manipulándolo todo. De ese contubernio nació la ficción grotesca de aferrarse a que no eran los Sindicatos sino el Comité Intercentros quien estaba negociando). Un Comité que no existía como sujeto de negociación (como bien ha aclarado el Tribunal Supremo en su Sentencia). Les empujaba a ello la consecución de unos objetivos e intereses personales y compartidos que ahora veían alejarse, entre ellos el ascenso de Oliva a la Jefatura de Personal de la Bahía.

    FELONÍA, CORRUPCIÓN E INDECENCIA.- Tres conceptos que definen con claridad lo que ha sido todo este proceso. Son también las señas de identidad de los dos sujetos ya conocidos, que han ensuciado el buen nombre de Navantia.

    La felonía o traición es algo de lo que nadie duda, especialmente desde que al Sr. Oliva se le nombró Jefe de Personal de la Bahía. Traicionó a toda Navantia, y a sus compañeros y amigos presentes en la negociación, aprovechándose de la buena fe de estos y de la confianza que en él tenían depositada.

    La complicidad de estas dos personas y como han actuado, provocaron el quebranto de la confianza entre las partes social y empresarial, de tal manera que el deterioro de las relaciones laborales será prácticamente irreversible con su presencia. Todo se tejía en la trastienda, a espaldas de los miembros que formaban parte de la Comisión de Negociadora.

    Pero no dimitirán, porque sus intereses personales estarán por encima de la asunción de responsabilidades. No lo harán, aunque eso supondrá colocar a su máximo valedor, el Presidente de Navantia, en una situación especialmente delicada.

    Lo sucedido no habría tenido lugar sin la conformidad del Presidente de Navantia. En el Consejo de Administración de Navantia, se denunció este asunto varias veces, a iniciativa de CCOO de Industria, incluso planteando la adopción de iniciativas para aclarar lo sucedido. La respuesta del Presidente siempre fue la misma: apoyo total a los muñidores de este desaguisado, asumiendo el Presidente, en persona, todas las responsabilidades.

    Esa fue la actitud del Presidente. ¿Por desconocimiento? ¿Por candidez como para no ver lo que era bien visible para todo el mundo? Ahora cuenta con el conocimiento necesario para reflexionar y recuperar la ejemplaridad que se debe exigir a quienes ocupan puestos de máxima responsabilidad.

    Habrá que recordarle al Presidente de Navantia que: la ignorancia de los hechos (si este fuera el caso), no le excusa de su responsabilidad en los mismos. Al fin y al cabo, fue el Presidente quien nombró al Sr. Oliva Jefe de Personal de la Bahía de Cádiz.

    No se puede permitir que la corrupción política enraíce ahora en Navantia y que a la grave crisis por la que atraviesa esta empresa se sume también la crisis de los principios y valores, entre ellos: la decencia, honorabilidad e integridad que siempre ha estado ligada al buen nombre de esta empresa. Principios y valores que en la etapa regida por la actual Dirección de Navantia vienen mancillándose.

    Navantia es lo más importante, y dada su caótica situación urge normalizar las relaciones laborales, sobre la base de la buena fe, el respeto, la confianza legítima y en comportamientos éticos. Paralelamente, conocida ya la Sentencia del Tribunal Supremo, aplicar en toda su extensión el 3º Convenio Colectivo, con sus derechos, abonando todo lo que se le debe a los trabajador@s, sin dilaciones ni argucias.

    Dicha normalización pasa inexcusablemente por limpiar y eliminar el hedor insoportable que se respira en todos los rincones de Navantia, recuperando la buena reputación de Navantia que sólo será posible con un cambio profundo de la gestión y de su actual equipo de Dirección, especialmente, de su Presidente y la Directora de Organización y RR.HH.

    Exigimos al Gobierno del Partido Popular y a la Dirección de la SEPI, que una vez conocida la Sentencia del Tribunal Supremo que viene a dar la razón a este Sindicato, y los hechos relatados, dejen de mirar para otro lado y asuman sus responsabilidades relevando a quienes vienen siendo los culpables directos de la situación actual de Navantia y que tanto daño y destrozos le están haciendo a Navantia.