CCOO de Industria | 25 abril 2024.

CCOO de Industria participa en el Foro Sindical internacional para preparar la COP26

  • La próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se celebrará este año en Glasgow del 1 al 12 de noviembre

La pandemia por la COVID-19 que asola el mundo e introduce cambios drásticos en la economía, agravando la inconclusa crisis del 2008, sólo ha sido un paréntesis en el desarrollo, mucho más lento, pero incontrolable y de consecuencias irreversibles si no se toman medidas del Cambio Climático. Tan es así que, la aprobación de los fondos europeos para salir de la crisis por la COVID-19, están condicionados fundamentalmente por el efecto que puedan tener los proyectos adjudicatarios sobre el cambio climático y sus efectos, y sobre su capacidad de incidir en la descarbonización de la economía y la transición ecológica de la actividad productiva.

25/05/2021.
COP26

COP26

En este escenario, después de ser retrasada, y bajo el lema Uniendo al mundo para hacer frente al cambio climático, la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que se celebrará en Glasgow (Reino Unido) del 1 al 12 de noviembre de 202, reunirá a representantes de unos 200 gobiernos, con el objetivo de acelerar la acción climática para el cumplimiento del Acuerdo de París. Los gobiernos, la sociedad civil y las empresas de todo interés y negocio están ya preparando su intervención en este foro global. 

La Confederación Internacional Sindical ha promovido el Foro Sindical Internacional organizado por CGT francesa, con la participación de organizaciones de todos los continentes para debatir las posiciones que se mantendrán en ella.

CCOO de Industria, a través de la representación de la Confederación, ha aportado sus puntos de vista en los Grupos de Trabajo, relacionados con nuestra actividad sindical en relación con la transición energética, la extracción de recursos naturales energéticos y no energéticos, el transporte, los territorios en transición, la gestión del agua, la agricultura, la industria, la movilización transnacional y el medioambiente en la actividad diaria del sindicato.

El Acuerdo de Paris se comprometió a mantener el incremento de la temperatura media del planeta muy por debajo de los 2 ºC —respecto a los niveles preindustriales— y a trabajar para limitar ese aumento a los 1,5 ºC. También acordaron intensificar los esfuerzos para adaptarse a los impactos del cambio climático y lograr que los flujos de financiación fueran consistentes con la transición hacia una economía baja en carbono y un desarrollo resiliente a dichos impactos climáticos. 

Ahora, cinco años después de la aprobación del Acuerdo de París, la acción climática se ha convertido en parte fundamental de los planes de recuperación tras la pandemia por la COVID-19. Una recuperación que, para nosotros, debe crear empleos sostenibles y que aborde los desafíos vinculados a la salud pública, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad de cara a proteger el medio ambiente para las generaciones futuras.

La COP26 busca consolidar la urgencia y las oportunidades de avanzar hacia una economía neutra en carbono y aprobar un paquete de medidas equilibrado y negociado que avance esos objetivos. La opinión dominante es que, para asegurar el éxito, es necesario que todos los países se comprometan a alcanzar las emisiones netas nulas lo antes posible, realizando recortes significativos ya para 2030. Hay que ayudar a las sociedades y economías a adaptarse al cambio climático, especialmente a las más vulnerables, para garantizar una transición justa. 

Es fundamental sustituir las fuentes de energía contaminantes por sistemas energéticos limpios, aprovechando la oportunidad que ofrece la rápida caída de los costes de las renovables y el almacenamiento energético. Hay que acelerar la transición hacia el transporte sin emisiones de carbono, eliminando gradualmente los motores de gasolina y diésel. Y desde luego, hay que dar a los poderes públicos, a las inversiones públicas y al sector público, un papel diferente, activo en la economía y no subordinado a los intereses de las empresas multinacionales. 

En este espacio, la pandemia, el desarrollo de las vacunas, los medios sanitarios, y ahora, por ejemplo, la limitación que suponen las cadenas del valor para asegurar los microchips de los que dependen numerosos sectores industriales, ha puesto de manifiesto la necesidad de una industria pública que asegure la capacidad de cada país para dar respuesta a estas situaciones.