CCOO de Industria | 19 abril 2024.

Damián Manzano: “La movilización llegará a Madrid después del verano si se ignora a quienes trabajan en la industria asturiana”

  • El secretario general de CCOO de Industria de Asturias exige una solución para las plantas de Alcoa, la descarbonización de la siderurgia, el Estatuto Electrointensivo y alternativas al cierre del carbón y de las centrales térmicas

CCOO de Industria de Asturias ha convocado este año tres movilizaciones en defensa de la industria de la región. Si no llegan las soluciones antes de que acabe el verano, el sindicato está dispuesto a desplazar la protesta a los ministerios de Industria y de Transición Ecológica. Damián Manzano, su secretario general, recuerda en esta entrevista que la situación es complicada y que “vamos a seguir” con la protesta hasta conseguir el objetivo.

06/08/2021.

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Durante los últimos meses habéis convocado en Asturias varias movilizaciones bajo el lema “Emergencia Industrial”. ¿Qué objetivo tienen? ¿Por qué las pusisteis en marcha?

Llevamos varias movilizaciones que han recibido un respaldo importante, no solo de los trabajadores, si no de la ciudadanía asturiana. CCOO consiguió que haya una considerable conciencia social en torno a la trascendencia que tiene el mantenimiento de la actividad industrial a futuro en la región, para mantener una razonable calidad de vida y de empleo. 

Vamos a seguir. La última movilización fue una manifestación que realizamos en Langreo, una de las comarcas mineras más azotadas. 

Si después del verano no se atienden todas las necesidades que tienen los trabajadores de la industria asturiana para poder garantizar la viabilidad, la competitividad y el futuro de sus empleos, tendremos que desplazar las movilizaciones a Madrid y focalizarlas en los ministerios de Industria y de Transición Ecológica. 

Asturias es una de las regiones más afectadas por la transición energética y por la descarbonización ¿Está siendo justa en Asturias? ¿Cómo afecta a sus trabajadores y trabajadoras?

La transición no existe si no se controla con mecanismos que aseguren que antes de un cierre hay una alternativa real. Si se deja pendiente la generación de iniciativas a futuro, no hay cambio de modelo productivo, si no su desaparición. Se genera despoblación y, por lo tanto, no existe transición. 

El paradigma de la transición justa deja de existir y se convierte en una transición absolutamente injusta porque no existe esa transición. Desaparece una actividad. En unos casos se deslocaliza y, en otros, se extingue del modelo productivo a futuro. Ese fue el caso de la minería del carbón y de las centrales térmicas del carbón. 

Ahora es un proceso de mucha mayor envergadura que afecta al conjunto de los sectores, unos sectores que en Asturias son de los principales afectados, porque tienen una concentración muy alta. Nos tememos que se pueda caer otra vez en los errores, que aquí ya no son errores, sino hechos del pasado muy reciente. 

¿Cuáles son los principales problemas que tienen las plantillas de la industria asturiana? ¿Qué asuntos siguen sin resolverse?

Sigue pendiente de resolver la cuestión en torno a la planta de Alcoa en Avilés y A Coruña. Sigue siendo un asunto que, además, está en el epicentro de algunas de las cuestiones que estamos planteando, porque es una de las que llevaron a esa deslocalización y a esos cierres.

Sigue pendiente una actuación clara por parte de la Administración en la que se intervenga y se garantice el futuro de ambas plantas priorizando el mantenimiento del empleo y, lógicamente, de la actividad industrial. Seguimos creyendo que la herramienta principal para esa cuestión tiene que ser la SEPI, que pueda servir en un momento dado como mecanismo de entrada a un inversor que cumpla aquellos acuerdos que los trabajadores suscribieron con la propia Alcoa. Además, en sentencia judicial, ahora se demuestran como incumplidos. Creemos que esa responsabilidad por parte de la Administración sigue pendiente de resolverse, además en una situación absolutamente límite por el deterioro que atraviesan las plantas.

Sigue pendiente, también, el que se pongan encima de la mesa medidas como elevar al máximo las compensaciones por emisiones indirectas de CO2 que reviertan en la industria y que, a su vez, vayan condicionadas al mantenimiento del empleo en esos sectores o en esas empresas concretas, como el sector del aluminio, de la siderurgia y de la producción de zinc. Es algo que ya está sucediendo en otros países de Europa. Creemos que eso sí son medidas de política industrial reales y creíbles.

Sigue pendiente un Estatuto de la Industria Hiper Electrointensiva que pueda permitir garantizar la competitividad de estas industrias, que son motores de la economía porque en torno a ellas giran un montón de actividades. Mueven todo lo que está vinculado a la producción de metales o a la industria básica.

Sigue pendiente el cumplimiento de los acuerdos del Plan General de la Minería del Carbón, que se proceda a la restauración medioambiental de las zonas degradadas por las explotaciones mineras y que, a su vez, sirva para dar empleo a los trabajadores que, después de casi tres años, siguen en una bolsa de trabajo que no se ha utilizado. Continúan sin empleo en esa restauración medioambiental que se sigue sin hacer. 

Sigue, después de año y medio de la firma del acuerdo para el cierre de las centrales térmicas de carbón, sin que haya proyectos alternativos por parte de las compañías que ya clausuraron la actividad. El Ministerio de Transición Ecológica tiene una gran responsabilidad, porque permitió esos cierres sin exigir antes las alternativas. 

Y sigue pendiente todo lo que gira en torno a los procesos de descarbonización en la siderurgia. Estamos viendo anuncios en diferentes medios de comunicación sin ninguna concreción y que generan una preocupación muy especial en la industria auxiliar. La actividad siderúrgica vinculada a Arcelor Mittal genera en Asturias unos 3.500 puestos de trabajo. 

Son cuestiones todas ellas que todavía siguen pendientes de resolverse. Algunas no van por el buen camino para garantizar el empleo y la actividad. 

¿Cómo os habéis armado en el proceso congresual para abordar la famosa ReEvolución? 

Destacamos tres elementos que son nuestros objetivos fundamentales para los próximos cuatro años: afiliación; presencia en todos los territorios con delegación propia y presencia constante en los locales del sindicato y extensión de la actividad en esa parte del sindicato que no está tan estructurada en torno a la negociación colectiva y en torno a los convenios que les afectan. 

Más allá de esas situaciones por las que sabemos que tenemos que transitar y caminar, como puede ser la transición energética y ecológica, que son una cuestión protagonista del conjunto de la industria. Pretendemos tener, a través de la representación en las empresas, un mecanismo que nos permita trasladar la postura de los trabajadores y trabajadoras durante procesos tan complejos como este. 

¿Son la igualdad y las elecciones sindicales dos de vuestros grandes retos?

En el plano de las elecciones sindicales volvimos a revalidar la ventaja, y casi la doblamos sobre la siguiente organización sindical, cuestión de la que nos sentimos muy satisfechos y que es fruto de ese trabajo en ese ámbito de empresas donde estamos desde hace mucho en la línea que nos marcamos en el conjunto de la federación, de extender la capacidad representativa del sindicato. 

Satisfechos, pero sabiendo que el reto principal ahora es consolidar las estructuras. Esos trabajadores y trabajadoras que dieron la representación a CCOO tienen que sentir que mereció la pena dar esa representación al sindicato. Ese sería el objetivo fundamental y, luego, el seguir teniendo esa capacidad representativa y que tenga un fiel reflejo en lo que son las elecciones sindicales. 

Ligado a eso creemos que un elemento importante del conjunto de federación, dado que en Asturias seguimos siendo una estructura totalmente masculinizada, son los planes de igualdad, una de las herramientas principales para extender la cultura feminista. No son cuestión de las mujeres, ni de las personas que, aparentemente, son las más afectadas, si no de toda la organización. 

Debemos extender ese trabajo a través de las secciones sindicales y colaborar de forma muy estrecha con el territorio para acceder con esta herramienta a las empresas. Tenemos que negociar planes de igualdad allí donde no hay representación y poner en valor dos cuestiones: el propio plan de igualdad y el sindicato allí donde no está presente, para que los trabajadores perciban que es una buena forma de defender sus intereses.