CCOO de Industria | 29 marzo 2024.

Jessica Fernández: “Las mujeres son quienes más han abandonado su carrera profesional para dedicarse al cuidado del hogar y de la familia”

  • Hoy entrevistamos a la responsable de la Mujer e Igualdad de CCOO de Industria Asturias
  • “El problema se encuentra en que el empleo femenino se concentra en niveles de trabajo medio-bajo con sueldos inferiores”, asegura Jessica Fernández

Hoy entrevistamos a Jessica Fernández, responsable de la Mujer e Igualdad de CCOO de Industria Asturias desde el pasado 6 de mayo, para realizar un recorrido por el empleo femenino y ver en qué situación se encuentra. Jessica trabaja desde 2002 en una multinacional del sector de estaciones de servicio y lleva vinculada al sindicato desde el año 2017, año en el que entró como delegada provincial de estaciones de servicio. Además, también formó parte de la sección sindical de su empresa en el comité de igualdad.

24/08/2021.
Jessica Fernández, responsable de la Mujer e Igualdad de CCOO de Industria Asturias

Jessica Fernández, responsable de la Mujer e Igualdad de CCOO de Industria Asturias

Explica brevemente o a grandes rasgos la situación del empleo femenino en Asturias.

Las mujeres asturianas sufren más precariedad en el empleo y son las que asumen mayoritariamente el trabajo de cuidados, al liderar la solicitud de excedencias laborales en nuestro país. También lideran la petición de reducciones de jornada por cuidado, bien sea por hijo/a o familiares a cargo, así como la petición de las adaptaciones de jornada por los mismos motivos. Estas situaciones hacen que las mujeres también se vean perjudicadas económicamente cuando pasan a situaciones de jubilación, lo que quiere decir que la precariedad hace que incluso sus pensiones se vean lastradas económicamente por estas situaciones.

Otra característica del empleo femenino es el techo de cristal. El porcentaje de mujeres con estudios universitarios es superior al de los hombres; sin embargo, esto no se traduce en una presencia en puestos de responsabilidad.

Asturias es una región feminizada con un 52,3% de mujeres. El Principado cuenta con una proporción de hogares unipersonales y monoparentales superior al promedio nacional. El 84,4% de los hogares monoparentales en los que hay un menor a cargo son guiados por mujeres.

La brecha salarial en Asturias sigue siendo la mayor de España. Una mujer asturiana tiene que trabajar 15 meses y 17 días para ganar lo mismo que un hombre en 12 meses. ¿Por qué sucede esto?

Sí. También las excedencias laborales en la comunidad están feminizadas, donde el 92,89% son solicitadas por mujeres. El empleo femenino en Asturias está muy concentrado por sectores, especialmente en administraciones públicas, educación, actividad sanitaria y servicios sociales, mientras que en los hombres se encuentran más diversificados en sectores y tienen una alta presencia en la industria.

Además, el empleo femenino en Asturias tiene las mismas características que a nivel nacional, siendo su situación laboral más precaria que la de los hombres.

La EPA del primer semestre de 2021 reveló que en la industria el empleo femenino es el que más sufre. El 6,7% de las trabajadoras perdieron su sustento y un 0,1% de los hombres. ¿Se utiliza a las mujeres para adaptar la actividad productiva?

El problema se encuentra en que el empleo femenino se concentra en niveles de trabajo medio-bajo con sueldos inferiores. Las mujeres, en general, trabajamos en situaciones más precarias que los hombres y en puestos de trabajo de menor responsabilidad, con una alta temporalidad y parcialidad en el trabajo. Y cuando viene una crisis como la de ahora por la COVID-19, aquellos puestos más precarios son los primeros en desaparecer, en este caso, han sido los ocupados por las mujeres, excepto los llamados esenciales.

La mano de obra femenina también destaca en servicios, hostelería, turismo, etc. No tanto en la industria.

¿Qué sectores destacan en la industria asturiana? 

La industria asturiana básicamente recae en el metal, en las auxiliares y bienes de equipo.

La tasa de feminización del desempleo es casi del 35%, mucho más alta que la de la población ocupada en la industria. ¿En qué crees que están fallando las políticas activas de empleo?

Por la falta de programas de empleo y formación de las personas desempleadas. El problema básicamente en Asturias es que no se está dinamizando el mercado laboral, donde los únicos empleos que se mueven son aquellos que están derivados de servicios. Éstos sí que son puntuales, por ejemplo, en turismo, hostelería, algo que no sucede en el sector industrial.

El sector industrial asturiano se caracteriza porque no está habiendo una demanda de empleo, a pesar de que las empresas están reclamando continuamente la figura del aprendiz o la falta de trabajadores y trabajadoras con cualificación; personas trabajadoras que potencien y provoquen el recambio generacional. Sin embargo, a la hora de la verdad, fallan los programas porque no se encuentran puestos de trabajo para poder hacer experiencias de formación.

El sector industrial en Asturias no es un sector que genere ahora mismo actividad laboral sino más bien todo lo contrario, la industria asturiana está muy tocada.

¿Cómo ha afectado la COVID-19 al empleo femenino y cómo podemos cambiar la precarización actual existente?

Si hay algo que caracteriza el empleo femenino es la precariedad. Culturalmente los cuidados siempre han sido responsabilidad de las mujeres y esto se ha visto reflejado especialmente durante la pandemia. Las mujeres son quienes más han abandonado su carrera profesional para dedicarse al cuidado del hogar y de la familia desde marzo de 2020 tras el cierre de centros educativos y escuelas infantiles. Otra de las razones detrás de esta sangría es que las mujeres tienen mayor presencia en sectores más afectados como el turismo o el comercio minorista.

Otra de las diferencias más determinantes es la masiva utilización de contratos a tiempo parcial cuando se trata de mujeres; muchas han perdido su trabajo precisamente por la debilidad de sus contratos laborales.

En muchos casos también a las mujeres se les ofrece contratos a tiempo parcial alegando en la mayor parte de las ocasiones la bondad de este tipo de contratos para poder cumplir con su responsabilidad en el ámbito familiar. Por ello es necesario que el teletrabajo esté regulado, para evitar una mayor precariedad.

¿Desarrollan o incentivan las empresas adecuadamente la formación laboral entre las mujeres?

No. Este es otro de los problemas, la presencia de mujeres en sectores de menor cualificación, donde también se recibe menor formación y reciclaje por parte de las empresas, haciendo más difíciles las vías de promoción. Las empresas mayoritariamente derivan sus recursos económicos de formación en las áreas de producción, taller, seguridad, electricidad, etc., precisamente áreas donde la presencia femenina es menor.

¿Cómo podemos resolver esta lacra?

Esto se resolvería con servicios públicos de calidad dirigidos a los cuidados, como centros de día, guarderías, así como una mayor corresponsabilidad en el ámbito familiar para que la responsabilidad de las tareas derivadas de los hijos/as o familiares no recaigan siempre sobre la mujer. Necesitamos también una mayor facilidad para solicitar los temas de conciliación por parte de las empresas, como pueden ser las adaptaciones de la jornada. Todos estos indicadores impiden a la mujer desarrollar su carrera profesional y su vida personal en condiciones óptimas.

El desempleo industrial femenino creció casi un 12,9% en el último año frente al 8,9% del masculino. ¿A qué se debe esta situación?

Pues básicamente se debe a todo lo hablado hasta ahora. El empleo femenino está mucho más precarizado que el de los hombres en el sector industrial, y en el momento que se produce una crisis, es el que se ve más afectado. Aquellos sectores que no han sido definidos como esenciales son curiosamente ocupados mayoritariamente por mujeres y se han visto afectados por la pérdida de empleo, bien por su precariedad laboral o porque las mujeres se han visto obligadas a abandonar su carrera profesional por la necesidad de asumir las tareas de cuidados.

También se trata de un sector altamente masculinizado. El itinerario educativo que reproduce roles tradicionales, las creencias y estereotipos de género entre quienes contratan, está detrás de estas diferencias en el empleo industrial.

Según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), menos mujeres que hombres recuperarán el empleo durante la etapa post COVID-19. ¿A qué crees que es debido?

En mi opinión, creo que en nuestro país no podemos hablar aún de etapa post Covid ya que seguimos en una situación de pandemia. Sí es cierto que no estamos en la misma situación que el primer semestre del año 2020, pero las consecuencias de la Covid actualmente existen.

Hay sectores altamente feminizados que aún no han consolidado su actividad, como son comercio, hostelería, turismo y sector manufacturero. También es debido a la falta de medidas para evitar la pérdida del empleo femenino y poder reincorporarse al trabajo lo antes posible.

Ha habido sectores que en España se han visto más afectados donde hay una alta presencia femenina y donde a fecha de hoy no se está funcionando al 100%. Son sectores que han recuperado la actividad mucho más tarde o de manera puntual.

¿Qué trabas encuentran las mujeres en la Industria a la hora de buscar trabajo?

Las mujeres continúan con las mismas trabas en el acceso a promociones y mantenimiento del empleo. La industria es un mercado de trabajo masculinizado y estigmatizado para las mujeres. Por otra parte, la industria demanda determinados puestos de trabajo con unos requisitos de cualificación en donde la presencia de la mujer es prácticamente inexistente (mantenimiento, electricidad, soldadura, mecanización, etc.) Es en los puestos administrativos y laboratorios en el sector químico donde está la mayor presencia de la mujer en la industria.

La mujer sigue estigmatizada en el ámbito laboral porque se asume que su carrera profesional siempre va a estar afectada por los cuidados del hogar en detrimento de su responsabilidad laboral, lo que hace que frente a una candidatura masculina siempre se tiene preferencia esta última.