CCOO de Industria | 19 abril 2024.

Garbiñe Espejo considera “fundamental y prioritario” retomar la negociación del Convenio Estatal del Campo “para equilibrar los reinos de taifas” que son los convenios provinciales

  • En un encuentro de los agentes sociales del sector agroalimentario, la secretaria general de CCOO de Industria insiste en el objetivo sindical de dignificar las condiciones laborales. “Con voluntad, se puede”

La secretaria general de CCOO de Industria ha participado esta mañana en el acto que impulsa la campaña “Derechos para todas las estaciones”, que recientemente puso en marcha la Autoridad Laboral Europea para sensibilizar sobre la situación de las personas trabajadoras transfronterizas. Garbiñe Espejo reclamó a las patronales “que se sienten a negociar” un Convenio Estatal del Campo y que “demuestren su intención” de alcanzar un acuerdo. Les llamó a respetar lo firmado y a pagar el salario mínimo. 

20/09/2021. CCOO de Industria
Garbiñe Espejo tomó la palabra en la mesa de los agentes sociales

Garbiñe Espejo tomó la palabra en la mesa de los agentes sociales

Modernizar y dignificar las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras agroalimentarios es uno de los objetivos del plan de acción que CCOO de Industria aprobó en su reciente congreso. Durante su intervención en el encuentro que se ha celebrado esta mañana en el Jardín Botánico de Madrid con los agentes sociales del sector, su secretaria general insistió en las cuestiones que hay que abordar con urgencia.

Garbiñe Espejo recordó la necesidad de que, a través de la concertación social y de la negociación colectiva, los agentes sociales “colaboren y tejan redes” para levantar el I Convenio Colectivo Estatal del Campo, que será un paraguas para quienes trabajan en el sector primario y no tienen otro marco regulador.

Apuntó la secretaria general de CCOO de Industria que las condiciones laborales en el sector agrario son en este momento de todo menos dignas. Para confirmar este hecho, insistió en un dato. El 70% de las 800.000 personas que trabajan en el campo por cuenta ajena, cobra el salario mínimo, o ni siquiera llega a percibir esa cantidad, porque ASAJA, una de las patronales, tiene bloqueada o judicializada la negociación colectiva.

Ministerio de Agricultura, PAC y violencia de género

Como no podía ser de otra manera, Garbiñe Espejo dedicó la segunda parte de su intervención a referirse a la necesaria interlocución con el Ministerio de Agricultura. La sindicalista lamentó la ausencia en el evento de Luis Planas y que el diálogo, que “es fundamental”, no esté siendo posible. Pidió al ministro que convoque “una reunión urgente” para abordar las cuestiones que todavía están pendientes. Reconoció que “cada cual es libre de sentarse a hablar con quien desee, pero no con quien debe”. Llegados a este punto, la secretaria general de CCOO de Industria insistió en que los sindicatos “son los interlocutores legítimos” del ministerio.

También hizo Garbiñe Espejo un apunte muy concreto sobre la Política Agraria Común, que “nos abre una ventana de oportunidad que antes no existía”. Llamó a acelerar el proceso y a implantar en 2023 la condicionalidad social que se introduce en la PAC y que establece que solo se recibirán ayudas si se cumple con la normativa laboral. “Este hecho debe acelerarse”, insistió, para lanzar a continuación un mensaje a las patronales agrarias: “Quien mira hacia otro lado y no señala a quien incumple, es cómplice” de lo que pasa.

La intervención de Garbiñe estuvo impregnada de la necesaria mirada de género. Empezó haciendo hincapié en el acoso sexual que sufren las mujeres temporeras en sus puestos de trabajo. Propuso “hacer un esfuerzo especial” para crear espacios de acogida en los que darles a conocer sus derechos “y pelear contra esta lacra”.

La secretaria general de CCOO de Industria finalizó su discurso llamando a reflexionar sobre un hecho. Insistió en que hay que implantar el salario mínimo en el sector agrario, “por justicia social”. No solo porque la cesta de la compra y la factura de la luz no dejan de subir, sino también porque permitir que las mujeres rurales cobren un salario inferior a los 950 euros, las sitúa en una dependencia económica que “es el factor principal” para que no puedan escapar de la violencia machista que sufren entre las cuatro paredes de su casa.