CCOO de Industria | 20 abril 2024.

Santiago Pelayo: “La patronal se ha acostumbrado a venir con recortes en derechos a cambio de nada y las personas trabajadoras se han cansado, la gente ya ha dicho basta”

  • Hoy entrevistamos a Santiago Pelayo, Responsable de Negociación Colectiva y Política Industrial de la Federación de CCOO de Industria de Cantabria

Hoy entrevistamos a Santiago Pelayo, Responsable de Negociación Colectiva y Política Industrial de la Federación de CCOO de Industria de Cantabria. Santiago es trabajador del Grupo Iparlat perteneciente a las industrias lácteas que tiene 4 plantas en España, y está liberado desde el año 2009.

12/08/2022.
Santiago Pelayo, Responsable de Negociación Colectiva y Política Industrial de la Federación de CCOO de Industria de Cantabria

Santiago Pelayo, Responsable de Negociación Colectiva y Política Industrial de la Federación de CCOO de Industria de Cantabria

España ya cuenta con unas bases sobre las que levantar el Pacto de Estado para la Industria, gracias a la presión que ha ejercido este sindicato. ¿Qué supondrá para Cantabria?

Para nosotros y nosotras es importante porque tenemos una negociación colectiva muy amplia y atomizada tanto sectorial como convenios de empresa, sobre todo en el sector de la alimentación, hay convenios colectivos que tienen poco poder de presión, convenios pequeños donde no hay muchos delegados/as ni muchas personas trabajadoras; son convenios autonómicos y muchas veces no se tiene capacidad de presión en comparación con otros como el convenio siderometalúrgico.

Para poder renovar los convenios colectivos pequeños es importante que haya una base previa de acuerdo, unos mínimos acordados en el diálogo social para sacarlos adelante garantizando la mejora de las condiciones laborales. Muchas veces los convenios muy pequeños sin masa social caducan porque no tienes la capacidad o la fuerza para sacarlos adelante, el convenio del campo que tenemos en Cantabria sería un ejemplo, con 800 trabajadores/as diseminados en 600 empresas y donde no hay ningún delegado/a este tipo de acuerdos como el Pacto de Estado por la Industria nos sirven de mucho, para tener un marco mínimo.

¿Cuáles son los déficits de la industria de la región? Según el sindicato, ¿qué aspectos urge resolver para evitar la deslocalización y ganar soberanía industrial? Os hemos oído lamentar que su situación es cada vez peor.

En Cantabria hay ciertos sectores, como pueda ser el lácteo o las industrias de panaderías o pastelerías, que no están consideradas como industrias electrointensivas, cuando realmente lo son, por la gran repercusión que el coste energético tiene en sus balances; no pueden por lo tanto acceder a las bonificaciones y ayudas destinadas a las industrias electrointensivas. Su inclusión como electrointensivas sería importante para nuestra industria. Otro problema de cierta relevancia para Cantabria, por su propia localización son las infraestructuras y comunicaciones, la industria necesita transporte vía puertos, aéreos o ferrocarril más competitivos tanto en tiempos como en precios, las industrias no pueden competir con otras si no disponen de los mismos medios.

¿Qué valoración hacéis de la política industrial que practica el Gobierno cántabro? Habéis sido muy críticos con la posición de Revilla, que mira de perfil a los problemas que se presentan ¿Hay alguna razón para que las medidas que se tomen sean tan cortoplacistas y no superen los cuatro años de mandato?

Bueno, esta es la tónica general no solo en Cantabria sino en todo el Estado. Cuando viene un problema, un conflicto, se aborda como urgencia, pero de manera aislada, no se analiza la causa y por tanto no se hace política preventiva para que no vuelva a suceder. La política industrial de una región conlleva planificación y vista a largo plazo, con pactos entre todos los agentes sociales, para luego que se cumplan independientemente de quien esté en el Gobierno, lo otro es pan para hoy y hambre para mañana.

Estamos en un escenario tan global que las cosas cambian mucho de un año para otro, y al final si no hay una política energética pactada para todo el Estado, si no hay una política industrial conjunta que sea equilibrada y solidaria entre comunidades o una política para el sector primario clara, que dé solución a cosas muy importantes para garantizar la alimentación de la población, difícilmente se van a poder tomar medidas que sean efectivas a medio o largo plazo. Siempre estaremos apagando incendios.

Las recientes movilizaciones que protagonizaron las y los metalúrgicos pusieron de manifiesto el nivel de hartazgo de la clase trabajadora de la región. ¿Qué está pasando en la industria para que la respuesta a la huelga fuera tan aplastante?

Hemos pasado la crisis económica de 2008, la crisis del ladrillo, luego la salida de la crisis económica, la pandemia, ahora la guerra de Ucrania y la inflación. Llevamos 12 o 14 años en crisis. Cuando vas a las mesas de negociación, las primeras que tienen que poner siempre de su parte para salir de la crisis, para que no haya reconversiones y se mantenga el empleo, son las personas trabajadoras, siempre poniendo de sus derechos y su salario para salvar las empresas y para salvar la economía.

En el sector del metal ha pasado un poco eso. La patronal se ha acostumbrado a venir con recortes en derechos a cambio de nada y las personas trabajadoras se han cansado, la gente ya ha dicho basta y no están dispuestos a pagar de nuevo las consecuencias de otra crisis mientras los beneficios empresariales se mantienen o se incrementan, mientras las condiciones económicas y los derechos sociales y laborales de las personas trabajadoras se reducen.

Ha sido una mezcla de recortes en derechos con incremento salariales irrisorios, teniendo en cuenta el contexto del IPC, y la gente ha estallado. Y ha estallado ya no solo por dinero, sino porque te vengan recortando también derechos.

Desde 2010, muchas patronales vienen con plataformas a la baja, algo que antes no era muy normal. Antes, los agentes sociales presentábamos una plataforma y se negociaba sobre esa plataforma al alza, pero a partir de estas crisis y el miedo que han generado sobre los trabajadores y trabajadoras, las patronales han visto que si presentan reducción de derechos ya consolidados en convenio, al final se acaba entrando en estas materias a cambio de una mejora económica. Y al final, la mejora económica es compensada por la pérdida de otros derechos con lo que se reduce el impacto económico para las empresas.

El precio de la energía sigue siendo un lastre para la actividad industrial. En las electrointensivas el impacto es nefasto. En Cantabria han sido evidentes las consecuencias. ¿Qué cuestiones hay que resolver con más urgencia para no perder competitividad?

Es un asunto complejo, pero tengo la impresión de que cada vez que la administración mete dinero en el sistema, en cualquier sector lo hemos visto con los combustibles, al final las empresas se acaban quedando con parte de esa inyección, normalmente por la subida de precios que hace que el consumidor/a acabe pagando lo mismo y ese dinero acaba en los beneficios empresariales.

Esto es algo muy complejo y no sabría decirte cuál es la solución, lo que está claro es que se tienen que tomar medidas de calado en el sector energético, deben ser coordinadas a nivel europeo, con planes a largo plazo que garanticen la autonomía energética, que apuesten por energías limpias y que se creen mecanismos para evitar que unas pocas empresas sean capaces de fijar precios a su antojo actuando como oligopolios.