CCOO de Industria | 18 abril 2024.

CCOO se acerca a las fábricas que producen calzado para El Corte Inglés en la India y afronta el reto de regular el trabajo domiciliario

  • Dos sindicalistas de CCOO de Industria acaban de publicar un informe que recoge las conclusiones del viaje que realizaron a la región donde se asientan numerosas plantas que trabajan para la exportación

Gracias a la visita que CCOO de Industria realizó a la India hace dos meses y al viaje que le llevó a Marruecos tres años antes, el sindicato ha cumplido con su objetivo de acercarse a la cadena de suministro de El Corte Inglés. El pasado mes de diciembre visitó dos de las plantas que fabrican calzado para los grandes almacenes. Las conclusiones de aquella visita acaba de recogerlas en un informe, así como las impresiones del recorrido que realizó por varias comunidades donde el trabajo domiciliario es el protagonista.

13/02/2017. Madrid
Una parte importante del calzado que se produce en la India sale de los domicilios

Una parte importante del calzado que se produce en la India sale de los domicilios

En el año 2015 unas cuatrocientas fábricas, que daban empleo a 90.000 trabajadores y trabajadoras, producían para El Corte Inglés en la India. Dado su volumen, a finales de 2016 Víctor Garrido e Isidor Boix, responsables de responsabilidad social empresarial y acuerdos marco globales en CCOO de Industria, volvieron a viajar al país para conocer de cerca parte de su cadena de suministro, para lo que visitaron dos fábricas de calzado de la ciudad de Agra. También conocieron el trabajo que en el norte del país realiza la ONG Fair Labor Association, en colaboración con multinacionales del calzado, para acabar con el trabajo infantil en la zona.

Según lo recoge el informe que acaban de publicar, las dos fábricas que visitaron son familiares y de capital local, trabajan para la exportación y tienen como clientes a El Corte Inglés y a otras marcas europeas y coreanas. Sus plantillas oscilan entre los doscientos y los trescientos trabajadores, en su mayoría hombres, y la mayoría tiene contrato indefinido tras superar un periodo de prueba de tres meses y un contrato temporal de seis.

Además, se trata de fábricas muy poco mecanizadas, casi artesanales en muchos procesos, que no subcontratan actividad y que, al parecer, no recurren al trabajo domiciliario, según lo aseguraron sus responsables al ser preguntados por el asunto. Su plantilla trabaja ocho horas diarias y tiene derecho a quince días de vacaciones, más tres festivos.

Los trabajadores y trabajadoras del departamento de producción cobran entre cien y 124 euros al mes y el personal técnico y de oficinas recibe entre 168 y 560 euros de salario. Los directores de planta cobran algo más de 1.400 euros. En ninguna de las dos fábricas que visitaron los sindicalistas españoles existía sindicato reconocido, aunque sí los cuatro comités mixtos obligatorios.

Trabajo domiciliario

Lamentablemente, una parte importante del calzado que se produce en la India no sale de fábricas de estas características. Según lo pudo comprobar CCOO de Industria durante el tiempo que estuvo en el país, y según se desprende de la información que le facilitaron sus sindicatos, la mayoría de los zapatos y zapatillas las fabrican trabajadores y trabajadoras sin contrato en fábricas y talleres o personas, en muchos casos niños y niñas, que trabajan en sus domicilios.

Aprovechando su estancia en Agra, los dos sindicalistas de CCOO de Industria programaron visitas a tres comunidades con un importante volumen de trabajo domiciliario. Fair Labor Association les explicó su proyecto para determinar el uso de mano de ofra infantil en la zona, un proyecto que cuenta con el apoyo económico de El Corte Inglés, Clarks, Bata, Deichmann y Bugatti, cinco multinacionales que comercializan calzado en todo el mundo. Su objetivo es conseguir que en el norte del país se deje de utilizar a los niños y niñas en la fabricación de zapatos y zapatillas.

En las tres comunidades, explican Víctor Garrido e Isidor Boix en el informe que acaban de terminar, visitaron talleres y pequeñas fábricas instaladas en los hogares que carecen de condiciones básicas de habitabilidad y que no cumplen con las condiciones básicas para fabricar calzado.

Los sindicalistas españoles entrevistaron a los dueños y a sus trabajadores y trabajadoras. Así supieron que por cada par de zapatos les pagan entre dos y tres euros y medio, que les queda un beneficio de un puñado de céntimos y que trabajan para el mercado interior.

También les contaron que trabajan casi todos los miembros de la familia, que los niños y niñas empiezan sobre los diez años y que casi siempre se trabaja a mano. La jornada laboral dura entre ocho y 15 horas cinco días a la semana y cobran 28 euros, aunque en periodos de mucha producción se prolonga los siete días. No disponen de cobertura social obligatoria, no reciben formación alguna sobre riesgos para la salud y los talleres-domicilio carecen de medidas de seguridad.

Conocer el proyecto de Fair Labor y estas tres comunidades permitió a CCOO de Industria abordar la problemática del trabajo domiciliario y analizar los retos sindicales que plantea. Se trata de la primera incursión del sindicato en estos temas. Se propone trabajar para erradicar el trabajo infantil y regular el trabajo domiciliario estableciendo los mecanismos de protección laboral y social y su tránsito hacia la economía formal.