CCOO de Industria | 8 mayo 2024.

En un tercer trimestre con la actividad agraria mermada por los efectos de la sequía, sube el desempleo y baja la temporalidad en el empleo agrario, así como el número de personas ocupadas en el sector

    Casi la mitad de la reducción anual del empleo agropecuario se debe a la disminución de la ocupación en Andalucía (13.300). Además, sólo hay incorporación de población al trabajo en Aragón, Baleares, Galicia, Navarra, Rioja y –de forma muy significativa– en Murcia. En el resto de comunidades la ocupación disminuye. Por su parte, en comparación anual, el desempleo agrario crece en Andalucía, Asturias, Navarra y Euskadi.

    26/10/2023.
    Campo

    Campo

    El tercer trimestre de 2023, según la EPA publicada hoy, se ha caracterizado por una disminución importante en el número de personas ocupadas en el sector agropecuario, con un total de 27.100 personas menos que hace un año, alcanzando la ocupación del sector un total de 701.900 personas. Esto supone una variación anual del -3,7%, corroborando la tendencia a la disminución de población ocupada en el campo que se viene observando en los últimos años. Es posible que esta disminución esté correlacionada con el encarecimiento de los costes de producción en las explotaciones agrícolas, así como con las dificultades que presenta la traslación de los mismos a los precios de venta del agricultor, lo que, unido a las adversas condiciones climatológicas que han afectado negativamente a las cosechas, se traduce en la minoración de la producción agrícola.

    En cómputo trimestral (la variación de los últimos tres meses) la disminución es todavía más acusada una vez que algunas campañas agrícolas han acabado y otras se han mermado o malogrado. En este sentido hay que señalar la disminución en la cosecha de las vendimias, que ha visto recortadas sus producciones en las diferentes regiones productoras del país. Así, respecto al segundo trimestre de este año, la ocupación agropecuaria se ha reducido en 47.800 personas, el 6,4% menos. 

    La EPA revela también que el paro agrario afectó a 148.200 personas en este tercer trimestre. Es un 7% menos que hace un año (11.100 personas desempleadas menos). Esta disminución de la población parada se acompaña de una reducción de la población ocupada, lo que resulta en una reducción considerable de la población activa del sector, que cae en 38.200 personas respecto a hace un año (un 4,3% menos), quedando en 850.100, el volumen más bajo de cualquier trimestre de los últimos años. Esto es preocupante, puesto que el volumen de población activa se relaciona directamente con la actividad del sector, y una reducción tan acusada es indicativa de un sector estancado y en riesgo de recesión.

    No obstante, en términos trimestrales, como en todos los veranos, resultado de la finalización de campañas, el desempleo ha crecido: hay 16.900 personas paradas más que hace tres meses, lo que significa un incremento inter-trimestral del 12,9%. Si tenemos en cuenta que salieron del empleo 47.800 personas durante esos tres meses de verano, observamos que la población activa sectorial se ha reducido en 30.900 personas en esos tres meses. Con estas cifras, la tasa de desempleo agrario queda en el 17,4%, cuando la de la de toda la economía es del 11,02%. 

    Sin lugar a dudas peor es en el caso de las mujeres del sector, puesto que su tasa de paro alcanza el 25,5%, frente al 14,5% entre los hombres.

    La temporalidad sigue reduciéndose, como consecuencia de la reforma laboral que el gobierno ha implementado y la mayor extensión del contrato fijo-discontinuo en el sector, aunque sigue siendo alta. Así, de las 421.700 personas asalariadas en las actividades agropecuarias, 139.500 tiene contrato temporal (el 33,08%, 6 puntos inferior que en el mismo trimestre de 2022, además de ser la cifra más baja que se ha observado). En este trimestre presentan la misma tasa de temporalidad hombres y mujeres, lo que puede deberse a la implementación de la igualdad.

    CCOO vuelve a insistir en la necesidad de seguir reduciendo la temporalidad mediante la aplicación del contrato fijo discontinuo en todas aquellas actividades cuyo carácter cíclico condiciona la recurrencia, además de la necesidad de establecer planes de igualdad y políticas sectoriales que eliminen la brecha discriminación de género y de desempleo de las mujeres en el sector agrario.

    En cuanto a la evolución por comunidades, vemos que casi la mitad de la reducción anual del empleo agropecuario se debe a la disminución de la ocupación en Andalucía (13.300). Además, comprobamos que sólo hay incorporación de población al trabajo en Aragón, Baleares, Galicia, Navarra, Rioja y –de forma muy significativa– en Murcia; en el resto de comunidades la ocupación disminuye. Por su parte, en comparación anual, el desempleo agrario crece en Andalucía, Asturias, Navarra y Euskadi.

    CCOO Industria considera necesario seguir impulsando de forma decidida la negociación del primer convenio estatal del Campo, así como el cierre de los convenios colectivos provinciales del campo en fase de negociación y/o bloqueados en el marco de lo establecido en el V Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) como elemento esencial para la generación de empleo estable y con derechos en el sector agrario.