CCOO de Industria | 23 febrero 2025.

Un trabajo de diez

    El último número de #SOMOSINDUSTRIA incluye un artículo de opinión del secretario general de CCOO de Industria sobre el XVIII Convenio General de la Industria Química. Agustín Martín está convencido de que fue un trabajo de diez de la comisión negociadora, de los grupos de debate que funcionaron a su alrededor y de toda la estructura federal. Cree que el convenio es un referente de la negociación colectiva que siempre ha contado "con la fuerza y el compromiso" de los interlocutores sociales, que acordaron "unas reglas del juego útiles" con las que gobernar unas relaciones industriales que consideran "una fortaleza para la competitividad".

    21/10/2015. Madrid
    Agustín Martín, secretario general de CCOO de Industria

    Agustín Martín, secretario general de CCOO de Industria

    Sí. Ha sido un trabajo de diez de la comisión negociadora del Convenio General de la Industria Química, de los grupos de debate que han funcionado alrededor de la negociación de este convenio y de toda la estructura federal.

    Lo dije, explícitamente, en la comisión ejecutiva federal cuando aprobamos unánimemente la firma del convenio y me parece oportuno reiterarlo en esta revista dedicada a un convenio que es un referente en la negociación colectiva de nuestra federación y de España.

    2015 ha sido un año que hemos dedicado a la negociación colectiva con un doble objetivo. Por un lado, producir efectos concretos sobre las personas a las que va destinada y, por otro, hacer realidad uno de los compromisos del congreso de fusión: conseguir que los convenios colectivos, sea cual fuera su origen, sean entendidos como un valioso patrimonio de CCOO de Industria.

    Y no me refiero solo al convenio de la química, también hablo del textil-confección y marroquinería, convenios que se han firmado recientemente, y de los que se encuentran en la recta final de la negociación. Es el caso de perfumería, mayoristas químicos, frío industrial o distribuidores farmacéuticos. Lo mismo sucede con la negociación de las decenas de convenios colectivos sectoriales provinciales. En todos ellos encontraremos el denominador común de haberlos afrontado desde un trabajo colectivo en la estructura y muy participativo hacia las personas afiliadas y los delegados y delegadas de CCOO en los centros de trabajo.

    El pasado mes de julio CCOO de Industria suscribimos el XVIII Convenio General de la Industria Química, que sigue siendo una importante referencia sindical y empresarial, tanto por su ámbito territorial y funcional, como por el contenido y gestión del mismo. Y es así porque siempre ha contado con la fuerza y el compromiso de los interlocutores sociales para acordar unas reglas del juego útiles para gobernar unas relaciones industriales consideradas, muy al contrario que en la mayoría de los sectores productivos españoles, como una fortaleza para la competitividad.

    Este convenio ha supuesto, de nuevo, una importante modificación en sus contenidos. Hemos actualizado más de 35 artículos en capítulos muy importantes como la igualdad de oportunidades, la formación y la clasificación profesional y, además, hemos reforzado la capacidad de intervención sindical en momentos de crisis como los actuales.

    Pero, ahora, nos toca asumir nuestra responsabilidad para concretar en las empresas los avances conseguidos. La verdadera eficacia del convenio no la encontraremos sólo en sus contenidos, sino en la garantía de su plena y correcta aplicación. Para ello, es importante la coherencia de la propia organización patronal y de las empresas que la integran, su lealtad con los acuerdos suscritos, con el convenio como norma. Pero sabemos también que no es esencialmente un problema de "buena voluntad" de los empresarios, sino de que existan los adecuados instrumentos para vigilar y promover esta correcta aplicación. Y el principal instrumento para ello es el sindicalismo organizado.

    Ello supone la evidente necesidad de preparar en cada zona la aplicación del convenio con planes de trabajo específicos y, por ello, hemos diseñado un ambicioso programa de acción para planificar las prioridades de trabajo en las federaciones de nacionalidad o región, en las secciones sindicales y en los equipos de atención a la pequeña y mediana empresa, aportando herramientas formativas muy útiles para la aplicación del convenio en materias como la masa salarial bruta; el empleo y la contratación; los derechos sindicales; el medio ambiente; la igual-dad; la seguridad y la salud laboral; la formación y la clasificación profesional.

    Pero, además, es un momento especialmente adecuado para reforzar nuestra organización con más afiliados y afiliadas, con más y mejores secciones sindicales en las empresas y centros de trabajo, con mejores y más eficaces estructuras de nuestra federación a todos los niveles. Tenemos una muy buena oportunidad para impulsar en cada centro de trabajo, en cada empresa, un plan concreto de crecimiento afiliativo en paralelo a la actividad de la aplicación del convenio.

    Estos son los retos que tenemos por delante. No tengo dudas de que estamos en condiciones de poder conseguirlos porque compartimos una federación, CCOO de Industria, que tiene su recurso más valioso en las personas que, con su esfuerzo y compromiso en los distintos ámbitos de la organización, son la mejor garantía para alcanzar cuantas metas nos propongamos.