CCOO de Industria | 11 mayo 2025.

EDITORIAL

LA POSVERDAD Y LOS CERDOS ORWELLIANOS

    Posverdad

    1. f. Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales.

    18/07/2019.
    Cerdo

    Cerdo

    EL FENÓMENO.

    He considerado oportuno abrir esta editorial con la definición de “posverdad” según la RAE, por un motivo: por su precisión milimétrica para con este fenómeno social. Sospecho que a muchos de vosotros y vosotras os ha venido a la mente toda suerte de manifestaciones de actores políticos y sindicales que es, en último término, mentira o, en el mejor de los casos, una verdad a medias. Otra mentira. Estas invocaciones a las emociones expresadas en arengas de medio pelo tienen suficientemente contrastadas su eficacia y, más importante aún, monetizadas, también en nuestros centros de trabajo. En los últimos años, la forma en que consumimos noticias y nos relacionamos, el exceso de información y la guerra salvaje de instituciones públicas, privadas, empresas, etc., de atraer nuestra atención tiene la consecuencia deleznable de hacernos vulnerable a la propaganda y la manipulación. ¿Cómo es esto posible en una generación tan preparada? ¿Acaso instituto y universidad no te inocula contra este tipo de subterfugios? Me temo que no. Hay cien atajos y todos son tramposos. Luego les diré.

    En este concepto, la posverdad, va incluido una serie de vasos comunicantes que, en mi opinión, tiene que ver con uno de los hechos retratados en la novela “Rebelión en la granja”, del genial y visionario escritor George Orwell, publicada en 1945. Si no la han leído, se la recomiendo encarecidamente. En sintonía con el cariz de este artículo, me interesa contarles que la novela trata de una élite corrupta que, a horcajadas de la revolución (URSS), forma un régimen tiránico construidos en base a prebendas que sustituye al anterior…

    LA RELACIÓN CON FERTIBERIA. ACTAS Y MANIFESACIONES DE PARTE.

    ¿Por qué escribo esto? ¿En qué nos afecta? Se lo explico:

    Desde hace algún tiempo a esta parte -en realidad, desde el origen de nuestra actividad, pero cada vez con mayor intensidad-, tratamos de “vender” nuestras propuestas sindicales. Esto es legítimo: aspiramos, al menos en la parte en que me toca, a cambiar la realidad para hacerla un poco más justa. Esto se hace, o ayuda, con representantes en los órganos y comisiones que todos conocemos. Esta competencia atroz entre secciones sindicales, la publicidad negativa, la dificultad de rendir cuentas y la desafección en términos genéricos como consecuencia de un estilo de vida cada vez más individualista, tiene el pernicioso efecto de que, buena parte de nuestro trabajo, esté dedicada al “marketing electoralista”. Diseñamos textos que apenas ven de lejos la realidad, modificamos actas del modo más torticero posible, cabalgamos propuestas que apenas expresamos sin sonrojarnos; todo, para no ofender a afiliados y afiliadas y, si es posible, captar a alguno nuevo. No es la primera vez que desde nuestras siglas denunciamos la construcción tramposa y artificial de las actas, arrasando, de paso, toda función informativa. Puedo decir, sin pudor alguno, que las actas que he podido ver ya no reflejan los hechos que se manifestaron en la reunión que dice recoger. Una alegoría perfecta del mundo Orwelliano en que a mí, como a mis homólogos, nos toca representar el papel de cerdos (dirigentes en la novela de George Orwell). De una suerte similar lo expresaba Robert Michels, sociólogo y politólogo alemán, en su Ley de hierro de la Oligarquía.

    Los hechos están ahí, pero hay que dedicar tiempo y esfuerzo para desligarse de esta maraña de opiniones, posicionamiento, actitudes, etc., para juzgarse con cierta solvencia. Vincule palabra y gesto y tendrá indicios de la actividad de cada uno.

    MECANISMOS PARA PROTEGERSE DE LA MANIPULACIÓN. LLAMAR A CONSTRASTAR LOS HECHOS.

    Cuando los comunicados dibujan una pseudo-realidad dirigida a los sentimientos y las actas están infladas y falseadas (la dirección apenas tiene energía y ganas en servir de árbitro y se acumulan actas sin firmas porque no nos sirven para dar abrigo a nuestros discursos o, directamente, nos dicen, los que saben de leyes, que no se pueden publicar en tablones si no es con el consentimiento de todas las partes y no contienen información sensible), cómo yo, trabajador o trabajadora de cualquier centro de Fertiberia, ¿puedo luchar contra esto? Fácil: militar.

    Me encantaría ofrecer atajos y de paso facilitaros la vida en esta actividad, poner cortafuegos a la mentira y extraer conclusiones fidedignas entre maniobra y maniobra al tiempo que nos servimos el café, pero, me temo, que eso no es posible. Si a estos temas no se les presta la suficiente atención para garantizar el encuadre de cada información o hecho, mucho me temo que usted, con toda su formación y su espíritu libre y crítico, su extremada y probada capacidad productiva en el mercado laboral, seguirá bajo los hilos de los cerdos orwellianos.

    ¿Es lo que quiere?