CCOO de Industria | 24 abril 2024.

María José Blazquez: "Denunciar los abusos que sufren las temporeras provoca terror porque hay muchas familias monomarentales, donde el salario de esa mujer mantiene a su familia"

  • Entrevistamos a la responsable de Mujer e Igualdad en CCOO de Industria de la Región de Murcia
  • El miedo a denunciar condiciones laborales se multiplica cuando las trabajadoras agrarias son extranjeras, migrantes, sin conocimiento del idioma

María José es licenciada en derecho, sindicalista y feminista. Lleva apenas 3 meses comoresponsable de Mujer e Igualdad en su Federación de Industria. Antes, en su centro detrabajo, creó un Comité de Empresa, donde es delegada sindical. Desde la Federación leofrecieron el puesto de responsable de Mujer e Igualdad, algo que María José ha tomadocon muchas ganas e ilusión.

17/08/2021.
María José Blazquez, Responsable de Mujer e Igualdad en la Federación de CCOO Industria de la Región de Murcia

María José Blazquez, Responsable de Mujer e Igualdad en la Federación de CCOO Industria de la Región de Murcia

¿Cómo es la situación de la Mujer Rural tras un año y medio de pandemia?

La pandemia ha sido muy dura, porque cuando hay una crisis, quien primero sale delmundo laboral es la mujer por ese rol que tenemos de cuidadoras y de protección del hogar.También en el momento en el que hay paro en otros sectores, los hombres acuden almundo rural como último recurso y las mujeres son expulsadas.

La pandemia se cebó con el empleo de las jornaleras. El 33% de quienes perdieron supuesto de trabajo en 2020 son mujeres. ¿Por qué se expulsa a las trabajadoras delsector agrario desde hace más de una década?

El sector agrario, es un sector de bajo valor añadido, con mucha precariedad, irregularidaden los contratos, inestabilidad y bajos salarios. La mano de obra de muchas campañasagrícolas siempre ha sido femenina y principalmente migrante.En 2020 la pandemia ha sido muy fuerte y la tasa de destrucción del empleo femenino hasuperado a la del masculino, como es habitual por desgracia esta exclusión se apreciadesde la crisis de 2008, donde los hombres acudieron al mundo rural, en detrimento de lasmujeres.Las mujeres vuelven al paro, al hogar y a la desconexión del mundo laboral. Muchas vecesse nos olvida el papel fundamental que las mujeres tienen en el mundo rural. También escierto, que las zonas rurales están divididas por sectores, y hay sectores muy feminizados,como el manipulado de frutas o verduras o de propagación de plantas y procesados y otrossectores más masculinizados.

El último informe que realizó el sindicato sobre la situación de la mujer en el sector agropecuario reveló que, cuando se produce una crisis y aumenta el paro en otros sectores, las mujeres se ven expulsadas de las campañas agrícolas ¿Es posiblefrenar esta tendencia?

Esta tendencia debe frenarse, pero para ello debemos participar todas en ello. Desde las medidas del Gobierno, la acción sindical, las patronales y los mismos trabajadores y trabajadoras cambiando poco a poco esos roles de cuidadoras y situaciones de desigualdadque existen en los trabajos de las mujeres agrícolas.La precariedad y la temporalidad de esta población asalariada es una lacra excesiva, porque se puede contratar cubriendo actividades discontinuas por estacionalidad y elrecurso más frecuente es la contratación temporal cuando tenemos el tipo de contrato defijo-discontinuo que no se está aplicando.

Otro factor a mejorar es la insuficiencia de la jornada laboral a tiempo parcial, cuando hayinvoluntariedad de la persona trabajadora en el sometimiento a esta jornada. Esto hace que se incremente el subempleo. Son muchas las características que tiene el sector que nofavorecen en nada a los trabajadores en general, pero a las mujeres muchísimo menos.Esperamos que con la normativa actual y los Planes de Igualdad se pueda empezar avisibilizar las desigualdades claramente hacia las mujeres en este sector, y se tomenmedidas efectivas tan necesarias para ese cambio, como el acceso al empleo, los temas deacoso, la brecha salarial o la promoción a cargos de mayor responsabilidad, hay muchotrabajo por hacer y por supuesto que se puede frenar la expulsión de mujeres en el sectoragrario.

Paradójicamente, la brecha salarial se redujo en el sector agrario. Es una de las pocas actividades del ámbito de CCOO de Industria en la que se produjo este fenómeno. Las mujeres que quedaron en el sector agrario tienen los sueldos más altos y los hombres con mejor cualificación abandonaron el campo ¿Por qué se ha generado esta situación?

Esta situación es atípica, es mas una reducción cuantitativa que cualitativa, pero tiene sus razones. Una de ellas es que en el régimen agrícola para trabajadores y trabajadoras eventuales no hay subsidio. Además, se establece un salario por campaña, que es fijo para toda la plantilla agraria. Es cierto que hay menos categorías profesionales, lo que ayuda a que la brecha salarial no sea tan grande. Los hombres suelen promocionar hacia otros trabajos con más proyección laboral. 

Creemos que esto se debería controlar más desde la Inspección de trabajo, ya que es un sector donde el SMI no se está aplicando. De hecho se denunció y ganó CCOO. Es muy difícil que haya presencia sindical en este sector, no hay grandes comités de empresa, por ello el control debe ser esencial. 

Para afianzar la población rural, es necesario visibilizar y poner en valor el trabajo que realizan las mujeres en la actividad agraria. ¿Cómo habría que hacerlo?

Lo primero es visibilizar y poner en valor el trabajo de las mujeres que ocupan el lugar que le corresponde dentro del mundo laboral, y no fuera. Y que se reconozca el papel que desempeñan en el mantenimiento, desarrollo y afianzamiento de la población en las zonas rurales. 

Que la igualdad de las mujeres en el empleo agrario pase por disminuir la temporalidad, exigiendo la contratación fija-discontinua. Y un mayor control de la economía sumergida. También la protesta y denuncia pública de cualquier caso de discriminación muy graves en estos sectores.

Un sector agrario moderno, con unas relaciones laborales normalizadas. Hacer uso del fijo-discontinuo daría estabilidad al empleo garantizando una mano de obra profesionalizada y a su vez la fijación de la población rural. 

Medidas de igualdad en todos sus términos: planes de igualdad, lenguaje inclusivo, protocolos de acoso sexual y por razón de sexo. 

Existen muchos caminos por donde se puede llegar, muchos proyectos, pero si la mujer desaparece del mundo rural, los pueblos se irán despoblando. Por ello, hay que darle mayor apoyo a la formación, cualificación y reciclaje en el mundo rural. La mujer no solo es quien mantiene el trabajo duro, sino que sin ella no hay natalidad, y sin la necesaria conciliación familiar no habría pueblo rural. Creemos que la mujer es fundamental y a la vez el valor añadido del pueblo. 

¿Cuál es la situación respecto a los abusos en los puestos más bajos del sector agrícola?

La situación respecto a los abusos a las temporeras en toda España es la misma. En la Región de Murcia también, solo que quizá aquí no ha salido tanto a la luz. Pero sí que es cierto que se comenten muchos abusos, y no solo por razón de sexo. Existe mucha discriminación hacia las mujeres en un sector donde es más feminizado, pero donde los hombres tienen mucho más poder. Y por el momento, en lugar de unirse y empoderarse, lo que prima es el silencio y aguantar. Denunciar provoca terror porque hay muchas familias monomarentales, donde el salario de esa mujer mantiene a su familia y además tiene que pagar a alguien para que se haga cargo de sus hijos o hijas, por los horarios laborales interminables. El ejemplo de lo difícil que es en este sector la sindicalización o crear comités por el miedo. Es miedo a perder el trabajo lo que te paraliza. Es miedo a no tener nada, miedo a reclamar derechos laborales, a la propia dignidad, a los mismos derechos humanos. Y no olvidemos que este miedo se multiplica cuando las trabajadoras agrarias son extranjeras, migrantes, sin conocimiento del idioma... 

Se habla mucho del cambio de modelo productivo, pero siempre desde un punto de vista desde las ciudades, ¿Cómo crees que afectará el cambio de modelo productivo en el mundo rural?

Cualquier cambio en el modelo productivo tiene que ser en el ámbito europeo, que afecta a todos los aspectos de la vida. Hay que cambiar un consumo de alimentos basado en la existencia de regiones como la nuestra, en donde la rentabilidad está basada en la explotación de la mano de obra y la naturaleza. 

Resulta urgente modernizar y reforzar las estructuras agrarias, con el fin de dinamizar el sector y el acceso a la tierra y dignificar y profesionalizar el trabajo en al agricultura. Deben ponerse las bases para un cambio estructural de la agricultura , así como en su contribución a la creación de empleo, a la vertebración del territorio, al medio ambiente, a la adaptación y mitigación del cambio climático y a los modelos sostenibles de producción de alimentos.

Cambiar el modelo de producción de alimentos para basarlo en sistemas agroecológicos, diversificados y de temporada, menos demandantes de energías fósiles e industria petroquímica. Debemos exigir al sector productivo una manera distinta de obtener alimentos, más alineado con las urgencias ambientales, sociales o laborales; pero es obligación de la política pública ofrecer las herramientas que permitan esa transición. 

Basar la rentabilidad en la explotación laboral no es admisible. De la misma manera que no se pueden externalizar los costes ambientales, tampoco los laborales. Dicho de otra manera: el reclutamiento y explotación de fuerza de trabajo inmigrante se ha convertido en la condición de posibilidad para la reproducción de un capitalismo alimentario que hace de la contención de los costes laborales uno de sus elementos básicos de competitividad.Esta crisis no se soluciona desde el capitalismo, si no se pone la vida en el centro, no es posible el cambio, las mujeres importan, las personas importan más que el capital!

Existen múltiples formas de apoyar una cadena alimentaria distinta a la que está asfixiando a la producción agraria, hay que plantear un nuevo modelo agroalimentario español, más justo, social, ambiental y económico que reconecte la producción a los mercados locales. 

Por ello, si se apuesta políticamente por un modelo sostenible y justo, todas las ayudas han de ir encaminadas a subvencionar la transición y sostenimiento de modelos basados en la agricultura familiar, y por supuesto, que otorgue a las mujeres un papel determinante.