CCOO de Industria | 23 febrero 2025.

Frente a la crisis y la siniestralidad laboral: ¡¡Lucha sindical!!

  • El 28 de abril es el Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo

(Valladolid/28.04.11) Como cada año, el 28 de abril es un día con un doble objetivo para CCOO: un recuerdo y reconocimiento a los que han perdido su vida y salud en el trabajo bajo unas condiciones inadecuadas y, precisamente por ello, una jornada para poner en evidencia que los daños derivados del trabajo son evitables y que los empresarios y poderes públicos tienen grandes responsabilidades en su prevención.

28/04/2011.
Cartel conmemorativo del 28 de abril

Cartel conmemorativo del 28 de abril

En España fallecen cada día dos trabajadores como consecuencia de su trabajo, 13 sufren un accidente de trabajo grave durante su jornada y 1.503 tienen un accidente de trabajo leve en el transcurso de su actividad. Igualmente, cada día son víctimas de una enfermedad profesional en España 46 personas. En Castilla y León la situación no es mejor. Durante el año 2010, 32.500 trabajadores castellanos y leoneses han sufrido un accidente de trabajo, de los cuales 60 han fallecido como consecuencia del mismo.

Hoy en día se tiene consciencia de otros daños, que aunque denominamos emergentes, siempre han acompañado al ser humano en su actividad productiva por cuenta de terceros, los denominamos riesgos psicosociales; trabajo a turnos, ritmos de trabajo a demanda, la competitividad, la retribución por objetivos, la precariedad y alta rotación en los empleos, la falta de seguridad en los puestos de trabajo, el desempleo? Todos los modelos de empleo y organización del trabajo que propician que la organización sea el caldo de cultivo de "agentes patógenos" que producen enfermedades tales como: el estrés, la fatiga crónica, el envejecimiento prematuro, el síndrome del quemado o la violencia en el trabajo.

También lo es el garantizar que quien va al trabajo, volverá del mismo en las mismas condiciones físicas y psíquicas en las que fue; el trabajo ha de servir no para que la persona sienta contradicciones, sino para que satisfaga sus necesidades de forma digna y razonable. Para ello, las condiciones de ejecución del mismo han de permitir la participación constante y la manifestación permanente de los aspectos de mejora por parte de quien realiza la actividad productiva con el fin de mejorar la realidad.