CCOO de Industria | 29 marzo 2024.

Equipos de protección individual adaptados, también, a las necesidades anatómicas y fisiológicas de las mujeres

  • Existe una preocupante escasez de EPI's diseñados específicamente para las mujeres

En tiempos de pandemia por la Covid-19, al sindicato le preocupa que, a pesar del avance tecnológico y del gran número de empresas que diseñan equipos de protección individual (EPI’s), hay muy pocos que se fabrican específicamente destinados para las mujeres. 

18/03/2021.
Covid-19

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Hace poco tiempo hablar de género y salud laboral era algo que preocupaba a unas pocas prevencionistas, a sindicalistas ligadas a la prevención y activistas y feministas en pro de la visibilización de las mujeres y las realidades que vivían en su día a día. Ahora, aunque haya aumentado la atención y casi nadie cuestione las diferencias sociales, laborales y biológicas, en la práctica cotidiana se mantiene una visión masculinizada de la salud laboral. La utilización de los Equipos de Protección Individual (EPI s) es un magnífico ejemplo de ello.

A pesar del avance tecnológico y de la gran cantidad de empresas que diseñan, fabrican y comercializan EPI’s, hay una importante escasez de ellos diseñados específicamente para mujeres. Distintos estudios realizados por CCOO constatan estos hechos. Algunos de ellos recogen incluso testimonios de mujeres que indican que suelen estar “concebidos para el cuerpo de un hombre” y que “se abren inopinadamente donde no deberían hacerlo”; que “las mangas y las piernas de los pantalones son demasiado largas”; que “no se ajustan bien al cuerpo donde es necesario”; y que “es muy difícil encontrar calzado de seguridad de la talla adecuada”.

Obviamente, al reducir el nivel efectivo de protección, pueden constituirse como un obstáculo a la igualdad de oportunidades y un riesgo en sí mismo. Esto ya es conocido desde hace mucho tiempo. Cabe recordar el estudio de la OSHA en EEUU, que determinó que, en profesiones tradicionalmente masculinas, la mayoría de las herramientas y la indumentaria no están diseñadas para el físico femenino.

Según la legislación, los equipos de protección individual deben proporcionar una protección eficaz frente a los riesgos que motivan su uso, sin suponer por sí mismos u ocasionar riesgos adicionales ni molestias innecesarias y se especifica así, la obligatoriedad de adaptar los equipos a las necesidades anatómicas y fisiológicas de la persona. Esto es, adaptarlos al cuerpo del trabajador o la trabajadora y a sus necesidades.

En un mundo en el que la ley más aplicada es la de la oferta y demanda, las empresas fabricantes de EPI’s siguen sin atender las necesidades reales del mercado de trabajo, en el que la incorporación de las mujeres es una realidad, también en los sectores que se denominan masculinizados.

Es evidente que, para que el cambio se produzca, se necesita que exista una demanda de EPI´s feminizados desde los centros de trabajo. He aquí otro campo de batalla para la acción sindical.