CCOO de Industria | 23 febrero 2025.

Las trabajadoras del "oro rojo"

    Pastora Cordero, secretaria de Igualdad, Mujer y Empleo de CCOO de Industria de Andalucía, colabora en el último número de la Revista Trabajadora con un artículo en el que relata el día a día de miles de temporeras, la mayoría inmigrantes, que trabajan en Huelva en la campaña de la fresa. Explica que en muchas ocasiones se producen hostigamientos y, en ocasiones, acoso moral, sexual y abusos de poder. La sindicalista lamenta que "raras son las que se atreven a quejarse ya que con este jornal viven familias enteras en sus países". Cuenta que tienen deudas y descendencia y que resisten a las amenazas. Este sindicato estará al lado de las mujeres que denuncien, "aún siendo consciente de las dificultades" a las que deben hacer frente.

     

    06/03/2017. CCOO de Industria
    Fotografía de Patri García

    Fotografía de Patri García

    SON LAS OCHO de la mañana. Miles de temporeras, la mayoría inmigrantes procedentes del norte de África, se encuentran bajo los plásticos a la espera del grito del encargado: “Vámonos!”. Momento en que las mujeres se encorvan y recogen las fresas.

    Huelva tiene un clima suave, característica que permite que las primeras fresas aparezcan en los mercados europeos cuando aún es invierno, si bien el grueso de la campaña es en febrero-marzo. Huelva sitúa a España en el primer productor de la fresa, el 95% de las casi 300.000 toneladas de fresas producidas. Este fruto para esta provincia es el “oro rojo”.

    Es un fruto delicado. Se tiene que recoger a mano para no dañarlo y se recolecta ya maduro porque es el único que no lo hace una vez que el producto esté cortado. Esto hace que su recolecta necesite de más mano de obra por hectárea que ningún otro.

    Es el fruto más mimado del sur, tanto por el mercado que mueve como por la gran cantidad de horas de faena que produce su recogida y envasado.

    Este trabajo no es de fuerza, sino postural y, según palabras de quienes “entienden”, las mujeres se adaptan mejor: “Trabajan mucho y se quejan poco y es más sencillo alojarlas”; “Son mucho más delicadas a la hora de arrancar el fruto”; “La mujer está mejor preparada genéticamente para hacer este trabajo”…, son algunos de los motivos que aducen para contratar mayoritariamente a mujeres.

    Viven durante meses en barracas colectivas, haciéndolas invisibles a ellas y a su trabajo, lo que facilita que se produzcan hostigamientos, en ocasiones acoso moral y sexual e incluso abusos de poder, convirtiendo un supuesto “trabajo decente” en una trampa.

    Los contratos de trabajo que se firman son por tres meses y se garantiza el que retornen a sus países de origen al término de la campaña. El empresariado les paga el viaje de ida y el alojamiento. Las jornadas van de lunes a sábado, de ocho a tres y media de la tarde, con media hora de descanso para comer. Raras son las que se atreven a quejarse ya que con este jornal viven familias enteras en sus países.

    El perfil requerido es mujer de 25 a 45 años, con cargas familiares para asegurar su retorno. Se rechazan a mayores de 50 años, con exceso de peso o embarazadas. Vienen con contrato de origen.

    Sin embargo, no puede demonizarse a la ligera un negocio del que viven miles de familias, es innegable que la campaña de la fresa mueve mucho dinero. Es muy difícil encontrar en Huelva a alguien que hable mal de esta campaña.

    Se facturan anualmente más de 320 millones de euros y las sacrificadas, las abusadas, no son más que mujeres, y además inmigrantes. Todo el mundo ha oído hablar sobre los abusos, pero nadie habla, la fresa es el fruto que mueve agrícolamente la provincia y popularmente se escuchan afirmaciones como ésta: “Aquí no hay problemas, no existe discriminación hacia las mujeres, el verdadero problema está en las ETTs de los cítricos.”

    Pero la realidad es que los abusos abundan por los campos onubenses y las víctimas son las temporeras de la campaña de la fresa, que no denuncian por el miedo a ser despedidas.

    "Hazme caso o te cuento menos cajas", susurran los abusadores del poder.

    Bajo los plásticos, camioneros y capataces se pasean entre ellas. Se detienen y lanzan algún piropo machista. Las muestras de hombría se aplauden. Pero en muchas ocasiones no queda opción: aceptar las “condiciones” del patrón es la única alternativa. Con deudas, descendencia, etc. es difícil negarse a nada, ni resistir a las amenazas.

    CCOO estará al lado de las mujeres que denuncien, aún siendo conscientes de las dificultades para que se atrevan a hacerlo, a lo que habría que añadir la dificultad de su localización, para poder asistir a un posible juicio tras su regreso a sus países de origen.

    Pastora Cordero (pcordero@industria.ccoo.es) es secretaria de Igualdad, Mujer y Empleo de la Federación de Industria de Comisiones Obreras de Andalucía.

    Revista Trabajadora, n. 60 (marzo de 2017) >> http://www.industria.ccoo.es/cms/g/public/o/9/o210653.pdf